Catedral de la Esperanza

Día 27 - 40 Días de Oración

EL PODER RESUCITADOR QUE LEVANTA LOS MUERTOS A LA VIDA ETERNA 

EFESIOS 1:18–22

Una inauguración presidencial es un momento significativo porque confiere el poder de la presidencia a una sola persona. Puede que estés anticipando o temiendo cómo un nuevo presidente ejerza ese poder.

Pablo en su oración al final de Efesios 1, deja claro que el poder de la presidencia es insignificante en comparación con el poder de Dios, que describe como “incomparable y poderoso” (Ef. 1:19). El mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a su derecha del Padre en los lugares celestiales no es menos activo en nuestro mundo hoy.

Puede que pienses, pero Pablo no conocía nuestra situación. Eso es cierto, pero conocía muy bien la magnitud del poder terrenal. Escribió esta carta desde una cárcel romana, injustamente encarcelado en el imperio más poderoso del mundo, basado en acusaciones falsas formuladas por líderes religiosos que anhelaban más el poder terrenal que una conexión celestial. Sin embargo, en lugar de centrarse en sus circunstancias, Pablo oró para que nuestros corazones fueran iluminados, de modo que pudiéramos conocer la esperanza, las riquezas y el poder que superan a los gobernantes, principados y autoridades terrenales.

¿En qué poder estás depositando tu esperanza? El mismo poder que resucitó a Cristo está tocando la vida de las personas para que ellas también puedan experimentar Su poder de Resurrección. El mismo poder que puso todas las cosas bajo Sus pies puede estar preparándose para renovar a la Iglesia de maneras que no creemos posibles. Oremos con fe mientras anticipamos cómo Dios pudiera moverse y pidamos que podamos reconocer cómo ya se está obrando. 

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