Catedral de la Esperanza

Día 30 - 40 Días de Oración

EL AMOR DE DIOS NOS ATRAE

JEREMÍAS 31:3

Durante la pandemia, un pequeño conejito marrón se convirtió en nuestra mascota. Mi hija, Kelsey, llevó al diminuto Floppy a todas partes durante semanas. Aun después de que creció y fue trasladado al patio trasero, cada vez que alguien dejaba una puerta abierta, él subía las escaleras y se escondía debajo de la cama de Kelsey. Nunca lo encontramos bajo la cama de mi hijo (que estaba en la misma habitación) ni en ningún otro rincón oscuro. Kelsey era su único lugar seguro. El año pasado, cuando perdimos a Floppy, ella se sintió devastada. Ningún otro conejito podría llenar ese espacio especial en su corazón.

En “The Other Half of Church”, Jim Wilder describe este tipo de conexión intensa usando la palabra hebrea “hesed”, que se traduce en el versículo anterior como bondad inquebrantable. Jim explica que los lazos fuertes, profundos y llenos de alegría generan en nuestro cerebro una reacción química similar a la de las drogas adictivas. Por ejemplo, una vez que se establece un apego entre una madre y su bebé, nadie más puede reemplazar ese vínculo. Sin embargo, a medida que crecemos y nos desarrollamos, tenemos la capacidad de formar nuevos lazos, como cuando un nuevo niño llega a la familia.

Nuestro Padre desea establecer un apego seguro con nosotros, semejante al que Kelsey tenía con Floppy. Dios nos atrae a un espacio seguro con su amor “hesed”: un amor que lo abarca todo, que consume y que es más valioso que la vida misma. ¿Cómo podemos conectarnos con Él de manera que ilumine nuestro tálamo? ¿Cómo podemos ampliar nuestra red de relaciones seguras con otras personas, usando el amor de Dios como base? 

No Comments


Recent

Archive

Categories

Tags