Catedral de la Esperanza

Día 39 - 40 Días de Oración

EL REGALO SAGRADO DE LA GRACIA

EFESIOS 2:8–9

En el pasaje de hoy, Pablo comunica de manera hermosa la verdad sobre la gracia de Dios.

La gracia es el favor y la bondad inmerecida de Dios que se nos concede a pesar de nuestras fallas y debilidades. ¡Es un aspecto fundamental de la salvación! No la merecemos y no podemos ganarla por nosotros mismos, sin embargo, Él nos la ofrece en abundancia.

Entender las profundidades y la riqueza de Su gracia puede transformar nuestra perspectiva sobre todo lo que nos rodea. Esto nos libera de la carga de intentar ganar nuestra salvación por nosotros mismos y, en cambio, nos invita a tener una relación más profunda con Él. La gracia de Dios es ilimitada, llegando a las profundidades de nuestro quebrantamiento y ofreciéndonos redención cuando nos volvemos a Él. Gracias a la abundancia de Su gracia, podemos tener la certeza de que, sin importar cuán lejos hayamos ido, el amor de Dios permanecerá firme y verdadero. En tiempos de lucha, Su gracia nos sostiene y puede acercarnos más a Él. Incluso en momentos de triunfo, Su gracia puede recordarnos nuestra necesidad de depender de Él.

Si cambiamos nuestra perspectiva para ser conscientes de ello, podemos ver evidencias continuas de la gracia de Dios hacia nosotros cada día, en las grandes cosas, pero también en las pequeñas cosas cotidianas, que son fáciles de pasar por alto. Independientemente de la temporada en la que nos encontremos, podemos confiar y apreciar la gracia de Dios como evidencia de Su bondad, misericordia y amor por nosotros, así como Su deseo de que nos volvamos a Él como respuesta. 

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