Día 39 - 40 Días de Oración

Trabajo a tiempo parcial como ama de llaves en un hotel local. Debo admitir que esta tarea requiere más humildad de la que suelo tener, especialmente cuando comencé. Me encontraba enredada en un mar de quejas por el descuido de los huéspedes y me cuestionaba por qué tenía que realizar un trabajo tan servil. Fue en ese momento cuando el Señor me preguntó: “¿Puedes hacer las camas para mi gloria?”. Respondí rápidamente: “Sí”, pero mi siguiente pregunta fue: “¿Cómo, Jesús?”.

El objetivo de una ama de llaves es pasar desapercibida. Entramos en un espacio en silencio, solo el tiempo suficiente para hacerlo acogedor nuevamente. Lo único que debe permanecer es un aroma fresco. Por lo tanto, aparte de la Biblia que llevo conmigo, no sabía qué inspiración podía encontrar en las almohadas mullidas o en los rincones impecables. Me preguntaba si era posible compartir las buenas noticias de Jesús cuando no había nadie presente para recibirlas.

Ahora estoy comenzando a comprender que nada se desperdicia en el plan divino de Dios. Nuestro Señor se revela de diversas maneras, incluso a través de las acciones discretas de una ama de llaves. Cuando dejamos que nuestra luz brille, iluminamos el lugar donde nos encontramos, aunque solo nuestro espíritu pueda percibirlo. A veces, nuestras palabras no son necesarias para transmitir nuestra fe, ya que nuestro testimonio se refleja en nuestras acciones. Nuestro trabajo manual refleja el corazón de Jesús, porque el servicio habla del amor de Dios en un lenguaje que todos pueden entender.