Catedral de la Esperanza

Día 14 - 40 Días de Oración

JESÚS, INMUTABLE SALVADOR

HEBREOS 13:8

¿Cuántas veces has escuchado la frase “Las personas nunca cambian”? Esta frase a menudo me ha confundido porque el cambio es inevitable. Los dolores y molestias de envejecimiento; las estaciones que cambian de invierno a primavera; las transiciones de una carrera a otra o el traslado de una ciudad a otra afectan el alma de una persona. El proceso de aprender quién eres y quién te creó Dios a menudo puede sentirse como un vacío. Esta crisis puede resultar confusa y vacía. Sin embargo, es parte del crecimiento que cada persona experimentará al menos una vez en su vida. Dios ha creado el cambio con múltiples propósitos. Hay aspectos hermosos del cambio que son valiosos para aprender sobre nosotros mismos y sobre Dios.

Hebreos 13:8 dice: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.” Qué maravilloso es tener un Dios que nunca cambia, un Dios que es paciente con nosotros en nuestro crecimiento. ¿Alguna vez has pensado en Dios y en cómo Él nunca ha tenido que crecer porque siempre es el mismo? Omnisciente, un Dios que nos permite el tiempo, el espacio y la libertad para enfrentar la dificultad de los cambios que enfrentamos día tras día. Desde el dolor que sentimos al experimentar la pérdida de un ser querido hasta las alegrías de ver a nuestros hijos caminar por primera vez, nuestro Dios es increíblemente paciente y espera que aprendamos sobre su carácter inmutable.

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