Catedral de la Esperanza

Día 8 - 40 Días de Oración

ETERNAMENTE FIEL

SALMO 41:13

Hoy planteo una pregunta que parece imposible de contestar. ¿Qué dura más: “eternamente” o “para siempre”?
 
Supongo que esta pregunta no te habrá sorprendido tanto como a mí cuando se me ocurrió, pero honestamente, la tengo presente cada vez que leo el Salmo 41, Gálata 6, Romanos 6 o el famoso Juan 3:16.

Asumo que esta pregunta es difícil porque ambas palabras sugieren que no tienen final.

Recuerdo estar sentado en mi clase de física avanzada y pensar: “ Vaya, esta clase va a durar… para siempre”, cuando en realidad solo duraba 45 minutos y terminaría tan pronto sonara el timbre de la escuela. También recuerdo mis días jugando “dodgeball” o “tira y tápate” durante la clase de educación física. Sentía que solo duraba dos segundos minutos y medio, pero en realidad duró el mismo tiempo que mi clase de física avanzada (aunque si dependiera de mí la clase de educación física pudiera ser eterna).

Ahora me he dado cuenta de algo importante: mi forma de pensar influye en cómo elijo entre “para siempre” y “eternamente.” Al analizar las palabras de David en Salmo 41:13 LBLA, él muestra a los lectores que Dios será bendecido “desde la eternidad hasta la eternidad”. En otras palabras, Dios será bendecido eternamente y para siempre. Esto parece indicar que, si de alguna manera lo eterno pudiera terminar, Dios continuaría siendo bendecido. Al leer los 12 versículos anteriores del Salmo 41, comprendemos que la fidelidad eterna de Dios hacia el lector es la razón por la que Él hace esta declaración. 

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