Catedral de la Esperanza

Día 9 - 40 Días de Oración

FUNDAMENTO ETERNO

SALMO 90:2

Hace una semana, en el momento que escribo esto, mi madre fue llevada de urgencia a la sala de emergencias. Sufrió un grave derrame cerebral hemorrágico masivo. A nuestra familia se nos presentaron dos opciones, ambas devastadoras. Una, dejar ir a mamá. Dos, optar por una cirugía cerebral inmediata y darle una oportunidad de sobrevivir. Elegimos la segunda opción, y desde entonces, la unidad de cuidados intensivos ha sido nuestro hogar.

Familia y amigos, la vida es efímera. Estamos aquí un día y podemos desaparecer al siguiente. Las unidades de cuidados intensivos nos recuerdan esta realidad de manera muy clara. Solo hay dos cosas invariables en este mundo: Dios y Su presencia. En este momento de gran desesperación, ambas han sido una fuente de fortaleza.

El salmista declara en Salmo 90:2 que el Dios a quien adoramos, el Dios que es soberano, es de los siglos por los siglos. En otras palabras, la creación nunca ha estado sin su Rey. Dios es y siempre ha existido.

Los doctores no han podido dar a nuestra familia alguna garantía. Sin embargo, es posible que mi madre pueda recuperarse por completo; por eso hemos estado orando intensamente. Pero también es posible que el cielo sea pronto su hogar. Sea lo que depare el futuro, tenemos paz. Porque en Cristo, nuestra familia tiene la seguridad que el mismo Dios que recibirá a mi madre en su hogar, es el mismo Dios cuya presencia estará con aquellos que ella deja atrás. 

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