Día 2 - 40 Días de Oración

“Este es un lugar estrecho”, una amiga comentó luego de un momento de oración especialmente poderoso en la cima de la colina donde nos reunimos,”Mientras oramos en este lugar, puedo percibir como la distancia entre el cielo y la tierra desvanece, y siento profundamente que estamos en la presencia de Dios.” A veces, un lugar se siente diferente para nuestro espíritu, nos atrae de tal manera que nos permite experimentar Su singularidad, Su grandeza, Su amor y Su santidad.

En nuestra lectura de hoy, Moisés se encuentra con un lugar estrecho que despierta su curiosidad, lo mantiene reverente y lo asombra con revelación. El Dios viviente le habló. Moisés experimentó temor, confusión, asombro y una fe creciente mientras ocultaba su rostro en la presencia de Dios. Se hallaba en un lugar santo que no se trataba tanto del lugar físico, sino de la elección de Dios de revelarse a sí mismo en ese lugar como el “Yo Soy.”

El “Yo Soy” no se limita al tiempo ni al espacio, pues Él es omnipresente. En medio del dolor, la confusión y la oscuridad, Dios está presente, obrando para traer esperanza y buenas noticias de que existe una luz que la oscuridad no puede vencer (Juan 1:5). Podemos hallarlo en lugares estrechos, así como en cualquier lugar donde invoquemos su nombre.